¿Por qué fue necesario que Dios muriera por nuestros pecados?
Con frecuencia los Musulmanes preguntan: ¿Por qué fue necesario que Dios muriera por los pecados de un hombre? ¿Por qué no, simplemente, confesamos nuestros pecados y que Dios nos perdone? ¿No es esto suficiente?
A continuación intentaré demostrar lógicamente la necesidad de Dios para expiar nuestros pecados.
- Dios es infinito.
- No hay límites para Dios. Él no tiene fin.
- Dios es santo.
- La santidad es pureza. Dios es incapaz de hacer algo mal. Parte de la cualidad de la santidad es la incapacidad de hacer el mal.
- Dios es justo.
- Él siempre hace lo que es justo.
- Dios no puede violar Sus propias declaraciones justas porque significaría que Dios se está contradiciendo a Sí Mismo.
- Esta justicia está de acuerdo a Su naturaleza ya que es Él quien nos dice lo que está bien y mal.
- Por lo tanto, Dios es infinitamente santo e infinitamente justo.
- Ni Su santidad ni Su justicia pueden ser negadas ya que son parte de Su carácter y Dios no puede ser negado.
- Nosotros no somos infinitos ni somos santos.
- No somos infinitos porque somos criaturas.
- No somos santos porque somos pecadores.
- Pecar es hacer algo contra la Ley de Dios.
- Es Dios quien declara lo que es justo e injusto. Él nos lo ha revelado en las Escrituras.
- La Ley es un reflejo del carácter de Dios.
- Dios habla de lo que está en Su mente y Su corazón. Si Él dice ‘no mentir’, es porque mentir va en contra de la naturaleza de Dios.
- Dios no habla sin razón o sin propósito. Si Él no tuviera razón o propósito, significaría que Dios no es de confiar.
- Dios es digno de confianza; por lo tanto, la Ley de Dios es el estándar de perfección, justicia y santidad.
- La Ley de Dios trae consigo una penalidad sobre el pecador, la cual es condenación.
- La condenación es el acto de Dios por medio del cual Él declara justo juicio sobre una persona debido a que esa persona ha pecado contra Él.
- Si el quebrantar la Ley de Dios no acarrea una pena, entonces, no habría condenación. Pero debido a que existe la condenación, podemos concluir que el quebrantamiento de la Ley de Dios trae una pena.
- Si Él no condena basado en Su justicia, entonces, Dios está haciendo lo equivocado.
- Dios se ve afectado por lo que hacemos.
- La prueba de esto la encontramos en nuestras oraciones. Debido a que Dios responde nuestras oraciones, nuestras oraciones tienen influencia sobre Dios ya que es movido a responderlas.
- Si nuestras oraciones no influyen sobre Dios, entonces, la oración es inútil ya que no logra nada.
- Quebrantar la Ley de Dios, pecando, tiene un efecto negativo sobre nuestra relación con Dios.
- Dios no es herido en una forma física por nuestros pecados ya que Dios es Espíritu, perfecto y completo.
- Pero como la condenación existe (debido a la justicia de Dios), podemos concluir que el pecado tiene un efecto negativo sobre la relación entre el pecador y Dios. Si esto no fuera así, no habría condenación.
- Debido a que Dios es infinito, nuestras ofensas contra Él tienen un efecto infinito.
- Es al Dios infinito al que hemos ofendido, por lo tanto, el pecado resulta en una ofensa infinita contra Dios.
- Una persona finita no puede quitar una ofensa infinita contra un Dios infinito.
- Una obra finita no puede quitar una ofensa infinita debido a que el esfuerzo de una persona finita siempre quedará corto de alcanzar la justicia de un Dios infinito.
- Dios no puede arbitrariamente perdonar al pecador sin satisfacer primero Su justicia infinita.
- Si la condenación es justamente dada por la justicia, así también el perdón debe estar de acuerdo con la justicia ya que ambos están tratando con el pecado.
- Negar el pecado simplemente para perdonar, es negar toda justicia.
- Si el perdón no es consistente con la justicia de Dios, entonces, Dios es arbitrario, inconsistente e injusto.
- Por lo tanto, el acto de perdón exige también un acto de justicia.
- Debido a que es justo que muera el pecador y sea condenado, esta justicia no puede ser ignorada.
- Si fuera ignorada, entonces Dios no es un ser consecuente con Su justicia.
- Si fuera ignorada, entonces Dios no tendría derecho a condenar a nadie.
- Aquel que está vivo no es condenado. Sólo los muertos están condenados.
- Debido a que el hombre no puede obtener perdón de Dios a través de sus obras finitas, debe ser Dios quien haga posible el perdón.
- Esto es así ya que no existe nadie, diferente a Dios, que haga las cosas correctamente.
- Debido a que no es justo ignorar la pena por el pecado, y debido a que el hombre no puede satisfacer a un Dios santo, no existe nadie, sino sólo Dios para pagar por la pena justa debida al pecado.
- El pecado no puede ser ignorado ya que el acto de perdón también exige un acto de justicia.
- Esta justicia no puede ser ignorada porque Dios sería entonces inconsistente.
- Es justo que el pecador muera y sufra el juicio.
- La muerte es un castigo de Dios y la condenación sigue a la muerte.
- Debido a que es justo que el pecado sea tratado, Dios debe cumplir con ese requisito de justicia.
- Esto es así debido a que una persona finita no puede complacer los requisitos de santidad y pureza de un Dios justo e infinito.
- Dios entonces debe hacer lo que es justo para el perdón de pecados; o la justicia no se llevaría a cabo.
- Dios entonces, debe tomar el lugar del pecador y sufrir las consecuencias de la sentencia legal de muerte sobre el pecador.
- Con la justicia llevada a cabo de esta manera, el perdón puede ser correctamente dado.
- Este perdón, el cual no puede ser ganado por el esfuerzo del hombre a través de obras, puede ser recibido sólo por Dios a través de la fe del hombre; ya que no puede hacer absolutamente nada.
Este artículo también está disponible en: inglés.
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